¿no?
¡pues prepárate!
Vais a saber lo que es bueno.
Hace un mes fui a cortarme el pelo, melena corta, puntas salidas,
desenfadado.
A los tres días ya estaba enfadada con mi pelo.
¿Qué hago con estas puntas? no me daban para una cola, sólo
para un coleta ridícula, y suelto no me gustaba.
Pasan unos días y sigo enfadada, me empiezan a venir ideas a la
cabeza, pero no.
Otros cuantos días y cada vez estoy peor, más incómoda con el
nuevo peinado, las ideas vuelven con más fuerza.
Las ideas pasaron a la acción, después de darle vueltas y más
vueltas, al final sucumbí a la tentación, un impulso y fuera puntas.
Mi maridito primero se quedo asombrado, pero después me ayudó.
Y nos quedó bien, mejor que antes.
No somos peluqueros, pero tenemos tijeras.
Hoy he vuelto a la pelu a hacerme un baño de color, y la peluquera
va y me suelta:
-¿Qué tal llevas la melenita corta? bien, te queda muy bien así.
Y yo buscando explicaciones por si se daba cuenta.
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