No todos los ríos van a dar a la mar
Estos días en que la mala política se convierte en noticia, mis reflexiones son más profundas.
Soy como los salmones, y no me gustan las multitudes, sin embargo, un día hice una excepción y me dejé llevar, como se dejan llevar los otros peces por la corriente, tan ricamente, sin pena ni gloria, "comodonamente".
El día que se puso de moda no ser un resignado más. Me uní a la gente y me invadió una sensación de satisfacción absoluta, no estaba sola protestando, y además para mi sorpresa mi manera de pensar no era ni rara ni equivocada, me sentí identificada casi por primera vez en mi vida, con otros seres humanos.
Somos como los salmones, de color rosa, sabrosos pescados de clase media-obrera que, ni tienen piso propio ni tienen hipoteca, y se van de vacaciones cuando pueden.
Vivíamos tan bien sin complicarnos la vida y sin comerlo ni beberlo nos vemos salpicados y en medio de un lío tremendo. Somos buenos pero no somos tontos, ya sé que la frasecita está muy vista, pero es buena y es verdad. Animo a que todo aquél que se sienta maltratado de algún modo, se revele cuanto antes, hay hacerlo cuando menos se lo esperan, o sea, en cualquier momento, y dejarlos con la boca abierta.
Y da igual demostrar que tienes personalidad en forma de salmón o de elefante, lo importante es que la tengas, y para gustos "colores".
Soy como los salmones, y no me gustan las multitudes, sin embargo, un día hice una excepción y me dejé llevar, como se dejan llevar los otros peces por la corriente, tan ricamente, sin pena ni gloria, "comodonamente".
El día que se puso de moda no ser un resignado más. Me uní a la gente y me invadió una sensación de satisfacción absoluta, no estaba sola protestando, y además para mi sorpresa mi manera de pensar no era ni rara ni equivocada, me sentí identificada casi por primera vez en mi vida, con otros seres humanos.
Somos como los salmones, de color rosa, sabrosos pescados de clase media-obrera que, ni tienen piso propio ni tienen hipoteca, y se van de vacaciones cuando pueden.
Vivíamos tan bien sin complicarnos la vida y sin comerlo ni beberlo nos vemos salpicados y en medio de un lío tremendo. Somos buenos pero no somos tontos, ya sé que la frasecita está muy vista, pero es buena y es verdad. Animo a que todo aquél que se sienta maltratado de algún modo, se revele cuanto antes, hay hacerlo cuando menos se lo esperan, o sea, en cualquier momento, y dejarlos con la boca abierta.
Y da igual demostrar que tienes personalidad en forma de salmón o de elefante, lo importante es que la tengas, y para gustos "colores".
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