martes, 29 de noviembre de 2011

El caso del pajarito cagón

Tenemos una perrita, y como muchas perritas y perritos, era para mi hija, ese día debieron abducirme, el día en que fuimos al criadero no debió existir nunca. Ahora mi marido y yo le damos de comer, la paseamos, y recogemos las caquitas... nos adora.
Hablando de esto, precisamente el caso de hoy trata de la cagadita que ha soltado un pajarito, desde el cielo, encima de la opinión personal de los lectores del periódico que me estaba leyendo. Y el caso es que he mirado con incredulidad hacia arriba, he visto los pinos del parque, pero ni rastro de animales voladores ni de otra clase. Luego he mirado hacia abajo y he comprobado que, efectivamente, era lo que yo creía. La paloma o el lorito ha tenido el mismo respeto por la opinión personal de los lectores que el respeto que nos tienen al pueblo los mandatarios, y no digo los políticos, que conste.
Me viene a la cabeza el monologuista del otro día, decía que todo nos iría mejor si fuésemos como los animales. Tiene razón, ellos donde les pilla lo hacen, sin manías.
Aclarar que no comparo los mandatarios con los animales, osea, que ya les gustaría a los primeros, ser tan inocentes y tan libres.
A mi los pájaros me gustan así, sueltos, aunque me hagan trastadas. Los abuelos le compraron uno a mi hija, amante de los animales, pero que los cuide otro, y al cuarto día se escapó de la jaula cuando me disponía a limpiarla. Mejor dicho, lo solté. Le abrí la puerta y se fue. No volvió, estaría mejor en otra parte que allí metido entre barrotes.

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