Había oído algo sobre que tenían que llevar una numeración...cuando mi madre vivía los huevos eran sólo huevos, y no caducaban aunque no los pusieras en la nevera. Claro que en casa la docena no duraba ni una semana. Y es que los huevos, ayer, hoy y mañana, han sido, son y serán, muy socorridos.
Pero resulta que la competencia entre marcas entre otras muchas competencias, ha sido tal y tanta que, los organismos encargados de velar por la salud pública, han decidido "tatuarlos". Con las trampas que se hacen hoy en día no te puedes fiar ni de los numeritos, pero, no podemos vivir en constante desconfianza, así que existen dos opciones: te fijas o no te fijas. Si no te fijas no hace falta que sigas leyendo, y si te fijas, fíjate bien, que lleven el uno o el cero delante, son los mejores.
¿Qué será lo siguiente?
Os preguntaréis qué hago perdiendo el tiempo hablando de huevos, cuando hay cosas mucho más importantes, imito a los políticos. Me tienen harta, que si la ley del matrimonio gay, que si el catalán en las escuelas, que si ponemos una pista de hielo y de paso multamos a los dueños de los perros. Se creen que somos tontos o qué!
Al final siempre salen los políticos, ¿por qué? porque están de moda.