martes, 9 de abril de 2013

El caso del efecto secundario modernista

¿y en Suiza?

El Museo del Modernismo de Barcelona fue nuestro objetivo el pasado sábado por la tarde.
Mi buen propósito era pasarlo bien al mismo tiempo que aprender y "culturizarnos". Ilusa de mí...siempre fantaseando...
Cuando te cobran 10 euros por una entrada, porque no eres ni menor de 25 años ni mayor de 65, ni formas parte de un grupo de 10 personas o más, ni tienes el carnet jove, porque perteneces a los que no tienen descuento nunca en ningún sitio, cuando te pasa eso, se desvanecen las loables intenciones de practicar visitas a las pinacotecas para ampliar tus conocimientos.
Sin embargo y a pesar de los obstáculos, pagamos y entramos.
realismo en estado puro
Lo primero y lo último que te encuentras (porque entras y sales por la misma puerta) es la "gran" tienda, repleta de souvenirs, en comparación con la "pequeña" exposición.
Tu vista va directa hacia los discretos y sencillos muebles que la burguesía exquisita y sinvergüenza de la época (casi tanto como la de hora) encargaba para sus modestos pisitos. Recargado y pomposo rozando lo barroco.
En cuanto a los pocos cuadros y escasos dibujos, tuve al placer de observar con detenimiento y admiración algún Casas y algún Rusiñol.
Han improvisado en un lugar inapropiado, una pequeña muestra, que no está mal si no fuera por el precio. Para un ciudadano que le cuesta llegar a final de mes es prohibitivo, no para un alemán o un japonés claro.
¿cómo lo ves?
Otra vez nos tentó el séptimo y deprimido arte, el domingo por la tarde en lugar de quedarnos en casa viendo la tele y planchando, nos fuimos a probar suerte ante la gran pantalla. Nos arriesgamos y volvimos a pagar excesivamente por ver un film americano: Efectos secundarios.
Me desconcertó que el argumento me sorprendiera a la mitad de la película, me gustó que pasara eso. Y aunque ya suponía que la doctora cuyo papel interpreta Zeta Jones, era mala, que por cierto esta actriz nunca me ha gustado pero he de reconocer que este papel lo clava, como os decía, la enferma y su psiquiatra le dan una grata vuelta a sus respectivos personajes.


Sara
Mientras el yerno del Rey consigue trabajo en Qatar poniendo tierra de por medio y volviendo a aprovechar las amistades de su majestad y su posición en la familia real, se han muerto varias mujeres y entre ellas un gran hombre, al que dedico mi comentario de hoy: para José Luis Sampedro.





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