El caso del taxista

mal asiento

SUBTÍTULO: Otra vez los bancos

Lo quieran o no son los protagonistas "malos" de la película de la vida.
Nuria M.B. de Barcelona escribe una carta al periódico dando las "gràcies" a los bancos. Y yo le doy las "gracias" a ella por compartirlo con nosotros, los lectores. Y la felicito por contar con tanta educación y control, lo que sucede y sucederá, cuando en verdad dan ganas de quemarlos vivos.
Explica sutilmente las grandes facilidades y beneficios que los bancos otorgan a los comerciantes, al revés te lo digo para que me entiendas.

Cuando vas a firmar una venta de un piso en el que se concede una hipoteca al comprador, recuerda llevarte la radio o un buen libro, la cosa va para largo, y si además el director del banco es un zoquete maleducado, entonces ármate de valor además de paciencia, y sobretodo no te pongas nunca a su nivel, o la cagas. He vivido esta mañana una experiencia de lo más desagradable y ha sido tan caótico que prefiero olvidarlo.

de juguete

El taxista que ayer me llevó del barrio de Sants a la alta esquerra de l'Eixample me sorprendió con su historia. Basta con un empujoncito y te cuentan sus milagros, en este caso fue una experiencia reveladora y digna de mención:

El hombre había sido chófer de "políticos", !nada más y nada menos!, que fuente de información tan suculenta...
-Si yo te contara... son todos unos impresentables, he escuchado conversaciones y tratos que te caes de culo, carreteras hechas por capricho, favoritismos y bla bla bla...he visto de todos los colores a cada cual más h.p.
El nombre de los viajeros no consigue recordar, o prefiere no mencionar.
-Lo que más rabia me da es que encima tengan la cara dura de hacernos creer culpables de vivir por encima de nuestras posibilidades, etc.etc. Son ellos los que han dilapidado e hipotecado el país entero. Nosotros somos víctimas de su derroche y despotismo.

Para finalizar me cuenta que sólo ha votado una vez en su vida, cuando tenía 18 años y era un inocente, después dejó de creer en el sistema.

Después de ver como Jordi nos mostraba todas las ciudades de la cultura y obras faraónicas, estaciones fantasma y aeropuertos peatonales, no me cabe la menor duda.
Somos víctimas inocentes.

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