El caso de "la mayoría silenciosa"

¡Por fín tengo noticias de Jordi!
El otro día me preguntaban por él, a mí, como si yo le conociera personalmente o tuviera información reservada, pues supongo que volverá, les dije, y me quedé pensando en la cantidad de seguidores que lo estamos esperando con los brazos abiertos y el alma en vilo.

dime de que presumes...

La mañana del lunes me fui, como hago habitualmente, a tomar el café con leche, con mi libro y mis gafas de vista cansada, pero el azar quiso que otro Jordi, pusiera en mis manos El Periódico al revés. Descubriéndome así la contraportada y el contraataque, titulado: "uno de la mayoría silenciosa" y firmado: J.Évole.
Sabía que no estaba sola ni era un bicho raro pero la verdad es que es un alivio poder identificarte con alguien reconocido en los altos círculos, y de sobras valorado, y que sus palabras sean las mismas que yo escribiría.

la historia siempre se repite

Yo tampoco quiero que nadie me utilice a su antojo ni se sirva de mí para lanzarse en caballero protector y defensor. Nosotros solitos podemos y pensamos por nuestra cuenta y riesgo.
Señora Soraya vaya con cuidado no se le gire la tortilla ella sola.

Al que he silenciado y no lo lamento, es al dios de las redes sociales, le he dado puerta.
Conseguí encontrar el rincón escondido donde te daban la opción de desconectarlo, si alguno lo dudaba, existe esa posibilidad. Lo que pasa es que hay que buscar minuciosamente y no rendirse.
El caso es que te apuntas a grupos de wasap, te haces un facebook, te registras en habitaclia o en tripavisor y es para siempre, como el matrimonio religioso (en teoría), hasta que la muerte os separe.

vas dejando tus datos y te quedas vacío

¡Basta ya, por favor! tengo más contraseñas que el pentágono, y para lo que me sirven, o me olvido o me equivoco, entonces a recuperarlas, el camino del martirio.
Me quité el grupo de wasap, demasiados detalles peligrosos.
Me he desconectado el facebook, a la pregunta que te hacen como requisito para poder borrarte, ¿por qué?, porque no lo necesito y no me gusta. Demasiadas posibilidades de meter la pata diciendo la verdad.

vía abandonada

Mezclar impulsividad con sinceridad es una bomba, y la experiencia pésima me aconseja no tentar a la suerte, cuantas menos tentaciones, más tranquilo vives.
Finalizo criticando a los medios que utilizan a los niños, que sus padres los eduquen como mejor les parezca que para eso son sus hijos, que les pongan camisetas o les lleven a las manifestaciones, pero ustedes que dicen llamarse periodistas dejen de hacer el ridículo y verter estupideces por la boca.

¿quién aprende de quién?