martes, 22 de enero de 2013

El caso de la vecina cojonera

Este comentario es  fruto de la ira producida por una situación antipática que espero no se repita, perdonad y comprended como buenas personas que sois.

Esclavos del tiempo, y aún así no tenemos suficiente y nos explotamos todavía más los unos a los otros.
En mi cabeza veo una imagen clara de cómo es la realidad:
¡a las barricadas ovejas españolas!
me veo como una ovejita indefensa e inocente, rodeada de fieras salvajes, intentando sobrevivir, a todos los niveles, no se salva ninguno, social, familiar, laboral, vecinal, etc. Y los amigos se pueden contar con los dedos de una mano.
prohibido prohibir
Los vecinos de una comunidad de inquilinos con servicio de porteria no saben que son unos privilegiados que, en ocasiones, no se merecen la milésima parte de lo que tienen.
- Al toro por los cuernos: en cuestión de días hemos vuelto a todo lo malo de los años 60 y 70, todavía peor, disfrazados de abuelita se esconden lobos salvajes que, a la mínima, ¡zas! te arrean un mordisco y te comen entera.
¿y que todas piensen igual?

Antes, el señorito, se las daba de señorito, que para eso lo era, ahora,  ya no hay señoritos, hay sanguijuelas. -"De buen rollito", ¡ja!, no te lo creas o caerás en sus fauces sin darte cuenta.
Es lo mismo que en las grandes empresas, te dejas la vida en ellas y luego te echan y si te he visto no me acuerdo. Ya puedes esforzarte lo que quieras que no sirve de nada en absoluto, el reconocimiento por una labor bien hecha no existe, salvo el de uno mismo, el "auto-reconocimiento". ¿Habéis visto el anuncio de Balay? ¡qué commovedor!
deja que me lo piense
Los malditos horarios de una portera eran, son y serán: ninguno. Porque siempre estás cuando te necesitan. Y si un día da la casualidad que has ido al médico, por poner un ejemplo, y no has podido coger un recado, porque todavía no tienes el poder de desdoblarte, resulta que la "toca-ovarios" de turno, que se cree con derecho a controlar lo incontrolable, va y te viene a pedir cuentas, ¡que si deberían saber tu horario!.
Llega a estar el Sr. Juan (mi padre) y, después de "cagarse en to lo que se menea", la manda a hacer puñetas. Así mismo.
Me enseñaron a tener dignidad y a no dejarme pisotear por nadie, y voy a hacer sentirse a mis padres orgullosos de su hija mayor. 
Las vecinas cojoneras, escondidas, esperan el momento propicio para destrozarte el día.

La gente que se cree con más derechos que nadie, que se cree con derecho a juzgar a los demás, me dan rabia, no los soporto, no aguanto a los maleducados que van de tolerantes y modernos cuando en realidad son clasistas, racistas, ignorantes. No me dan pena.

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