| como cagar en la piscina del vecino del ático |
Así empezó la batalla sin freno entre el humano y "els coloms". Les ha puesto todos los métodos espantapájaros que os podáis imaginar, cada mañana al subir a nuestra terraza y mirar hacia la suya, es imposible no hacerlo, alucinamos más y más, vallas, redes, hilos...inventos que no sirven de nada. Son muy listas las "bichas" y se cuelan descaradamente dejando su huella corrosiva.
| cierra la boca y tapa la piscina |
Cambiando de tema y siguiendo con "alas", las que les damos a nuestros cachorros para que vuelen libres:
¿error? grave error. Cumplen los 18, la esperada "mayoría de edad", más soñada por los propios padres, por lo menos en mi caso, y te crees que por fin te dejará un poquito en paz, será más independiente y esas cosas que te liberan una "miaja" de las responsabilidades adquiridas, para siempre jamás. Inocentes y engañados por nuestros retoños caemos en la trampa, la libertad otorgada se convierte en una serie de inconvenientes y molestias terribles, por no hablar de las preocupaciones que nos genera que se estén toda la noche por ahí, de juerga.
| estos tienen suerte que pueden localizarlo |
Tú les dices: -no lleguéis muy tarde. Y ya las "cagao", llegan cuando amanece y por turnos y lo hacen por todo lo alto, la palabra más idónea para describirlo es ésa, "alto": llaman al timbre, al móvil, dan portazos, encienden las luces aunque sea casi de día, las apagan, las vuelven a encender, entran en tu cuarto buscando tu móvil, te despiertan, les preguntas y no te contestan, otro portazo y más luces, te vuelven a despertar cuando suena el despertador y no atinan a apagarlo....conclusión, los hijos son un "coñazo" desde que nacen hasta que te mueres, es la verdad. Y las salidas nocturnas son el colmo que del vaso rebosa y te moja y te remoja.
| nada de salidas nocturnas |
-Dame dinero (se creen que cae del cielo o qué)
-No tengo llaves, no las encuentro (pues te quedas en la calle)
-¿Me dejas el móvil? el mío no va (no lo busques, no lo cargues, ¿para qué?)
-¡Cierra la puerta! (tranquilo que no te molesto, duerme que ya te despertarás cuando tengas hambre)
A mi vecino, el de las aves cagonas, le recomiendo que se compre una Chispa, dos ladridos y adiós palomitas.
A mi vecino, el de las aves cagonas, le recomiendo que se compre una Chispa, dos ladridos y adiós palomitas.
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