miércoles, 22 de febrero de 2012

Va de Madrid y de manifestaciones


Destaca el gris de la Gran Vía

La suerte, no sé si buena o mala, ha querido que este fin de semana, el de la primera manifestación convocada en contra de la reforma laboral, me encontrara en Madrid.
La suerte, la mala, ha querido que, tanto yo como mi marido arrastráramos una gripe a la capital que, nos ha impedido disfrutar tanto o nada.
Después de escribir estas primeras líneas me vi obligada a guardarlas en el borrador, y lo que en principio debía ser una corta pausa se ha convertido en un gran lapsus de tiempo, ¿qué tal las minivacaciones? ¿también habéis pasado la gripe o estáis en ello?
La suerte, la buena, me trae de vuelta, ya casi recuperada y con fuerzas para incordiar lo suficiente, temas no me faltan, entre manifestaciones y casinos el entretenimiento está garantizado.


De nuestro viaje a Madrid no destaco nada, simplemente no puedo ser justa opinando, una no comprende ni aprecia una ciudad, sus monumentos y sus encantos así, drogada del todo, con tantas pastillas y tantas capas de ropa es imposible. Mucha gente y mucho ruido.


Otra vez será.


armas poderosas



De la manifestación puedo decir que la evitamos, para mi vergüenza, mientras en Sol miles de compañeros  reclamaban recuperar lo que nos han robado, nosotros en una terraza del retiro, camuflados entre niños ricos y despitados.


Como siempre, esta vez más pronto si cabe, la primavera hace un asomo, saca su naricilla florida a ver que tal está el patio, ha pillado a un grupo de estudiantes reivindicando a base de palos y, en lugar de echarse atrás temerosa o cobarde, ha salido furiosa a juntarse con ellos y darles todo el calor que necesitan. Y así, con esa semilla cargada de conocimiento y saber, se han multiplicado.
Tres mil veces hurra por ellos que lo están perdiendo todo, todo menos las ganas de luchar.


No justifico la violencia en ningún caso, cuando me entran ganas de matar a alguien, frecuentemente después de leer el periódico, cojo el ordenador y doy rienda suelta a mis manos, a mis dedos, las teclas echan chispas... si cada vez que me indigno tuviera que asesinar...sería una asesina en serie.


Hay quien dice que las manifestaciones no sirven para nada, yo pensaba igual hasta que lo probé y me gustó. Hombre, para nada no, al menos sirven, además de para salir en la prensa, para desahogarte, compartir tus penas y tus ideas, que no es poco. Si además consigues algún cambio, por poca cosa que sea, ya ha valido la pena.


Entre tanto los señores ministros no tienen otra cosa mejor que hacer discutir sobre el número de años que ha de durar el "bachillerato", hasta en eso hemos de ser como los alemanes. Por no esmentar lo de clonar Las Vegas.
Ya somos medio-alemanes, cuando me pregunten de dónde soy no voy a saber muy bien que responder: que si catalana, española, alemana... en fin, un lío.
Igual se creen que la climatología no nos afecta y vamos a acatar como exclavos, lo tienen claro, aquí se armará la gorda, empiezan los escolares, continúan los del metro, siguen los bomberos, luego los doctores, y así sucesivamente.
Y el día que nos juntemos todos....


Mucho frío mañanero en Madrid, y mucha gente.


florido y hermoso


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